Preocupación y alarma Imparable el exceso de muertes en tiempo record. En noviembre de 2023, el Centro de Periodismo Investigativo (CPI) produjo un reportaje titulado: “Más personas mueren en Puerto Rico mientras el sistema de salud se desmorona”.
En el mismo, reconocían un exceso en muertes de 3,300 personas en 2022 y se lo atribuían mayormente al COVID-19 y “en menor grado” a otras condiciones de salud como: cardiovasculares, sobredosis de sustancias, demencias, enfermedades renales, del sistema nervioso como el Alzheimer y el Parkinson, así como enfermedades endocrinas, entre las cuales predomina la diabetes.
Después de entrevistar a alegados expertos, incluyeron en sus hallazgos “el envejecimiento de la población, la alta densidad poblacional, la cultura de socialización, y el cansancio natural de las personas tras dos años de estrictas medidas de salud pública contra el COVID-19”, como causantes de la “ola de muertes”, según el expresidente de la Sociedad de Infectología de Puerto Rico, Lemuel Martínez.
Sin embargo, las vacunas ARNm, principal factor que marca la diferencia entre un antes (2019) y un después (2023), más allá del COVID-19, y que debe ser pieza de investigación inmediata en cualquier investigación seria, como potencial arma humeante en la inusual espiral de muertes en exceso, no formaron parte de la “investigación”.
La única mención de las vacunas en el reportaje de referencia, no fue sino para colateralmente promoverlas.
Ni entrevistas a expertos que no respaldan el discurso gubernamental de dicha inoculación ni entrevistas a cientos de médicos boricuas que no tienen puesta ni una sola dosis ni testimonios a víctimas de esa sustancia, fueron incluidas en la “investigación”.
En NUEVAISLA.com hemos estado informando y advirtiendo sobre la peligrosidad de esa sustancia, capaz de exacerbar todo tipo de condiciones preexistentes, producir cardiopatías y cuagulopatías severas, problemas encefálicos, neurológicos, hematológicos y respiratorios, e inducir a la muerte.
De hecho, en nuestras investigaciones, estas mal llamadas “vacunas” apuntan a ser la principal causa del exceso de muertes y el vertiginoso deterioro de la salud de la población puertorriqueña de todas las edades.
Como hemos indicado en repetidas ocasiones, la omisión de información es sinónimo de desinformación.
Continúan emergiendo los datos:
El exceso en muertes durante y DESPUÉS de la pandemia, continúa siendo reportado a nivel mundial.
Un estudio publicado el 8 de abril de 2024, en la prestigiosa revista médica Cureus, titulado: “Aumento de la mortalidad por cáncer ajustada por edad después de la tercera dosis de vacuna de nanopartículas lipídicas de ARNm durante la pandemia de COVID-19 en Japón”, revisado por pares y producido por un prestigioso equipo de científicos japoneses, revela impactantes datos en torno a los atribuidos daños producidos por estas vacunas.
Esto después de que el EXCESO de muertes en Japón alcanzara las 115,799 en 2022, tras la tercera inoculación de las vacunas contra el COVID.
“Se observó un exceso de mortalidad por todos los cánceres en 2021 y 2022, cada uno por encima del IP superior del 95% o 99%. De los 20 tipos de cáncer, cinco mostraron un exceso de mortalidad significativo: cáncer de ovario, leucemia, próstata, labio/oral/faringe y cáncer de páncreas, en orden decreciente de cifras de 2022”, reza el estudio.
“Estos aumentos particularmente marcados en las tasas de mortalidad de estos cánceres sensibles a ERα (receptor de estrógeno alfa) pueden ser atribuibles a varios mecanismos de la vacunación con ARNm-LNP en lugar de a la infección por COVID-19 en sí o a la reducción de la atención del cáncer, debido al bloqueo”, concluye el equipo investigador.
De hecho, un estudio publicado en la revista Science en noviembre de 2022, revelaba que la proteína S o “Spike protein” del SARS-CoV-2, la cual está presente en las vacunas e inducen al cuerpo a producir la misma como mecanismo de reacción inmunitaria, se une específicamente al receptor ERα, “regulando positivamente la actividad transcripcional de ERα”.
Los científicos concluyen que esta coregulación interfiriere con el funcionamiento normal de la célula y provoca un mal funcionamiento, tanto en células, como en órganos.
La industria de seguros como fuente de datos y evidencia:
Temprano en 2022, este periodista y este medio NUEVAISLA.com, habíamos producido en Puerto Rico un reportaje en torno a los datos y evidencia de un brutal exceso en muertes reportadas en la industria de los seguros en Estados Unidos. Algo que se ha mantenido sucediendo de manera consistente a casi un año de haber finalizado la pandemia del COVID-19.
La prestigiosa revista de la industria de seguros estadounidense, Insurance Newsnet, publicó en octubre de 2023 un artículo titulado: “El continuo aumento del ‘exceso de mortalidad’ causa preocupación”, en donde expone: “Naturalmente, se pronosticó que las cifras aumentarían durante la pandemia, pero a algunas autoridades de la industria (de seguros) y de la salud les preocupa que las tasas (de mortalidad) no hayan disminuido mucho a medida que las tasas de infección por COVID han disminuido”.
Y aunque desde la óptica de algunos expertos, este inusual e inexplicable fenómeno de excesos de muertes irá descendiendo hasta normalizarse, la revista cita a Josh Stirling, fundador de Insurance Collaboration to Save Lives, una organización sin fines de lucro que busca mitigar las pérdidas por mortalidad, proporcionando a las compañías de seguros de vida pruebas para detectar problemas de salud en los asegurados: “No existe una forma estándar de medir el exceso de mortalidad. Pero si se utilizan los datos que parecen más confiables, parece que, en general, estamos en 13.9 muertes por 100,000, lo que representa quizás un 7% más de lo que debería haber sido. ¿Es eso catastrófico? Quizás no, pero debería ser menor”.
Acto seguido, la publicación señala las encuestas de la Sociedad de Actuarios: “Entre sus miembros encontraron que en agosto del año pasado (2022) el 85% pensaba que las tasas de exceso de mortalidad continuarían hasta 2025. Hace dos meses, la misma encuesta encontró que el 79% creía que las tasas de exceso de mortalidad continuarían hasta 2026”, reza la publicación, que más allá de proyecciones, especulación y tanteo, basado en la situación de hechos, no determina una razón o causa para este exceso de muertes, que le está costando a la industria sobre $15,000 millones en pagos en exceso en comparación a 2019.
La publicación menciona un 20% en aumento en muertes de jóvenes, pero a su vez deja saber que: “Los datos sobre causas de muerte muestran un aumento de la mortalidad cardíaca en todas las edades. E incluso cuando las causas relacionadas con la COVID disminuyeron en 2022, otras aumentaron, en particular los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y las enfermedades renales y hepáticas”.
Una publicación del medio The Hill, de diciembre de 2023, titulada: “Esto es más grande que el COVID: ¿Por qué tantos estadounidenses mueren prematuramente?”, trae a colación las expresiones del 30 de noviembre de 2023, del comisionado de la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA), Dr. Robert Califf, quien expresó en su cuenta de X (antes Twitter): “Nos enfrentamos a extraordinarios vientos en contra en nuestra salud pública, con una importante disminución de la esperanza de vida. Esta importante caída en Estados Unidos no es sólo una tendencia. Lo describiría como una catastrofe”, expresó Califf.
Acto seguido, The Hill adereza las expresiones de Califf, señalando: “Pero su publicación, que abordaba el tabaquismo, la dieta, las enfermedades crónicas y la atención médica, ignoró lo obvio: la gente está muriendo en cantidades anormalmente altas, incluso ahora, y hace mucho que el COVID-19 disminuyó. Sin embargo, las agencias de salud pública y las sociedades médicas guardan silencio “.
La publicación de The Hill aborda la crisis del inusual y al final del día “inexplicable” exceso de muertes, y sus efectos en la industria de los seguros, y expone: “Las aseguradoras de vida han estado haciendo sonar constantemente la alarma sobre estas muertes inesperadas o ‘excesivas’… El Congreso debería trabajar urgentemente con expertos en seguros para investigar esta preocupante tendencia”.
La publicación fue más agresiva y entró por la boca del dragón al señalar: “La pregunta más apremiante para las aseguradoras, los epidemiólogos y los funcionarios de las agencias de salud. ¿Por qué el sector tradicionalmente más saludable de nuestra sociedad (los trabajadores jóvenes, empleados y asegurados) está muriendo a tales tasas? Los funcionarios de salud pública supervisaron agresivamente la respuesta a la pandemia, para bien o para mal. ¿Por qué no están investigando esto?… Se vacunaron a más de 270 millones de personas, entre ellos bebés, mujeres embarazadas y trabajadores, bajo el mandato de los empleadores. La autorización de uso de emergencia a ‘velocidad vertiginosa’ de ésta terapia debe ser parte de cualquier análisis postpandémico, a la luz de más de 1 millón de informes de posibles daños al Sistema de Notificación de Eventos Adversos de las vacunas y un nuevo estudio de la Universidad de Yale que valida una enfermedad crónica postvacunación”, reza la publicación, que se atrevió a abordar la palabra prohibida: “vacunas”, como eje productor del exceso de muertes, algo que todavía en abril de 2024, medios y periodistas en jurisdicciones como Puerto Rico, no cuestionan ni exigen respuestas, con la esperanza de continuar con el frenesí y el festín económico que gravita en torno a la industria farmacéutica.
Preocupación y alarma Imparable el exceso de muertes en tiempo record