Tribunal militar condena a muerte al asesor de Trump

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Tribunal militar condena a muerte al asesor de Trump que le timó con la seguridad de la vacuna. El pasado jueves un tribunal militar condenó a la pena de muerte al ex dirigente de la FDA bajo la administración Trump, Stephen Hahn, acusado de haber mentido sobre la seguridad de las vacunas, instando a Donald Trump a poner en marcha la operación Warp Speed, para acelerar la aprobación de estos supuestos medicamentos, letales.
Según detalla la crónica de Real Raw News, la confesión de culpabilidad resultó una sorpresa para el Tribunal porque en las dos semanas que llevaba detenido había negado, por activa y por pasiva, que tuviera conocimiento de que Pfizer y Moderna hubieran mentido con los resultados de sus experimentos de sus respectivas vacunas ARN para dar seguridad, ni que hubiera recibido cantidad alguna a cambio de convencer a Trump de la idoneidad de su aprobación.
Siempre según esta crónica, lo que modificó su postura fue observar las fotografías de los Doctores Fauci y Collins, colgados en la horca de la misma prisión de Guantánamo en la que se encuentra, y la sugerencia de que “su colaboración” podría modificar la sentencia: “tenemos todas las pruebas que le incriminan”, habría asegurado el fiscal Crandall.
Antes de eso, cuando era llevado ante el Tribunal Hahn afirmó, ufano, que cuando Trump se enterara de ese juicio le liberaría, porque sabía de su “lealtad en todo momento hacia él” y proclamó su inocencia con gran gallardía.
Pero cuando vio las fotografías de Fauci y Collins, ahorcados, su seguridad decayó: “pero cómo… ¿Cómo podéis haber hecho esto?”.
-“Se lo hicieron a sí mismos”, le contestó el fiscal Crandall, “¿crees que las pruebas que tenemos contra ti son menos sólidas que las que teníamos contra ellos?”.
-“¿Si me declaro culpable me perdonaréis la vida?”, dijo entonces, “yo no puedo acabar así”.
-“Yo hago la recomendación de la sentencia, pero el tribunal decide”, contestó el fiscal.
Y de repente, el hombre de la FDA, cambió: “soy culpable, pero ellos me obligaron a hacerlo”.
-“¿Hacer el qué?”- le preguntó el fiscal.
Y ahí Hahn empezó a confesarlo todo.
Contó que en abril del 2020 Fauci y Collins se le acercaron para convencerlo de que, a su vez, debía convencer a Trump de la necesidad de aprobar la vacunación para el Covid, aún a sabiendas de que este supuesto virus no era más peligroso que una simple gripe: “sí, a los ancianos y las personas con el sistema inmune deprimido les podía afectar, pero la vacunación del Covid no se hizo por la salud, sino por dinero y control”. La posición de Trump a favor de la hidroxicloroquina y la Ivermectina como curas hacía imposible imponer la vacunación, a menos que fuera presionado por todos los frentes. Por eso miles y miles de profesionales de la salud se unieron para propagar la mentira”.
-“¿Sabía usted que las vacunas habían resultado peligrosas en los ensayos?”, le preguntó el fiscal.
-“Sí, pero fue por casualidad. La empresa Moderna me envió, por error, los resultados reales de los ensayos, que demostraban que había matado a gente. Le pregunté por lo que hacía y él me respondió que ignorara ese informe y utilizara el falso”.
-“¿Le pagaron por ello?”
-“Sí, varios millones”.
-“¿Quiere que este tribunal crea que fueron Fauci y Collins quienes orquestaron este gigantesco engaño?”.
-“Eso es lo que sé. Si hay alguien por encima que maneja a estas marionetas, yo no lo sé”.

El Fiscal Crandall dio por terminado el interrogatorio, recomendando que Hahn fuera colgado de la horca. Inmediatamente, Hahn protestó: “¡me había dicho que me dejaría vivir!”.
-“Le dije que haría una recomendación, pero el tribunal decidiría”.
Acto seguido, el Tribunal decidió la ejecución para Hahn, que se realizará el próximo 16 de abril.
[Mi opinión personal es que Hahn ha llegado a un acuerdo con los militares para testificar contra altos jerarcas. Por un lado, no resulta ético que le prometiera revisar su pena y luego le condenen a muerte, y mucho menos, que lo cuenten. Lo que refuerza mi tesis es la fecha tan alejada de su ejecución, tres meses, cuando se suelen demorar, como mucho, tres semanas].
Al final de esta crónica, se anticipan novedades sobre el paradero del General Berger, que serán publicadas en breve. 

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